Durante los últimos años he podido escuchar cómo los compradores colombianos han mostrado su preocupación frente a una posible burbuja inmobiliaria en el país, lo que se ve reflejado en un aumento continuo en los precios de vivienda nueva y en una mayor oferta que se percibe en las ciudades principales.
Sin embargo, y como sucede a menudo en nuestro país, una gran parte de nuestros compatriotas dejan corromper su opinión sin informarse apropiadamente de la situación. En un país donde los medios de comunicación aún hablan por la mayoría e influencian fácilmente las decisiones, es cada vez más difícil convencer al público de una realidad incluso cuando se tienen datos que lo demuestren.